loader image

Mis poemas

Poema sobre Angkor

Poema sobre Angkor

 

Arrecia el monzón en agosto

y anega la morada de Visnú

abraza el musgo a la piedra

y mientras, Buda contempla

el paso inexorable de los tiempos

¡el verdor!, ¡el verdor!

estate alerta alma mía

aguza los sentidos

 y el manto naranja de los monjes

se vislumbra en los caminos

dioses, hombres y templos

¡Angkor!

¡Angkor!

Poemas Estivales (I)

Recuerdo          Para Ana

Bajo la sombra de castaños

y la fuente su rumor

aplaco el sol de mediodía

el recuerdo de tu voz

tus caricias

tu fragancia

¿dónde estás mi vida?

necesito tu calor

Suave brisa de verano

bancos de metal

de verde pintados

flores esparcidas por la tierra

entre bojs y geranios

el recuerdo de tus besos

grata humedad

despierta en mí el deseo

necesito tus abrazos

¡no te escondas morena!

regálame otra vez tu pasión

ojos verdes

dedos finos

largas piernas

¡vuelve aquí conmigo dulce miel!

¡vuelve aquí conmigo mi amor!

La ciudad Vacía. Poemas (V)

El Centro está Vacío

 

Ruge el viento

Entre paredes de ACERO y

Cristal

Espejo para nubes

que se pintan

Como rameras

al despunte del alba.

Torres Verticales

Agujas

que se clavan en los talones

de los dioses del Olimpo.

Líneas rectas,

esfuerzo hercúleo

de mentes prodigiosas

ecuaciones cuasi divinas

soportan el peso

COLOSAL

de recios materiales.

Prometeos belicosos diseñan

Desafiantes

Provocadores

respuestas audaces al silencio

de los cielos,

al callar de las preguntas que

Atoran corazones compungidos

vacíos de ÉL.

Templos de razón matemática,

Altares en altura, morada de sacerdotes

que contemplan las masas desde su

ATRIO secular.

 

Esta fue tu meta,

tortuoso el camino

que anduviste en pos de tu

sueño}

Solamente te describo el escenario

más de ti depende

decidir si crees

que aquí encontrarás

La Felicidad que tanto ansiabas.

¡Venga pues!, aguza la mente

ten presto el corazón

Siente,

allana la senda

para el alma Confusa

 

Algunos Perciben

entre sus paredes de cristal

envidiables virtudes,

frutos tangibles

de constante laboriosidad

CUALIDADES

labradas con cincel de hierro

Lícito Mérito

valientes decisiones

resultados contables

de expectativas alcanzadas.

Meros ejecutores son

de voluntades tomadas

en juntas y comités.

Pulcritud

 

La mayoría venlo,

Al Contrario

como cárceles del espíritu,

Morada de impolutos

Adoradores del vacío

que Juegan con manos diestras

SUEÑAN

con el triunfo que les impide

soñar

otros mundos;

Almas Tuertas

de corazones disminuidos

relegados

al papel de señores del metal

acaparan fatuas riquezas.

Suaves telas cubren cuerpos

HENCHIDOS por

gestas sin honor.

Guerreros Virtuales

PULULAN

por pasillos de bytes y

Algoritmos,

máquinas de gráficos,

Ajetreo, Ajetreo

actividad frenética

el alma Ausente

el Centro también está vacío

 

La Ciudad Vacía. Poemas (IV)

El Jardín de los Senderos que se Bifurcan (Un poema)

 

No fue fácil

llegar hasta aquí,

bien lo sabes

ni lo será continuar,

adentrarte,

ante Las Decisiones

que marcarán tu existencia.

Diste pequeños pasos

tac}

tac}

tac}

pero todavía te encuentras

en el límite de la

NADA

lo que hagas, lo que digas,

lo que sientas

desde ahora

más que siempre

abrirá un camino,

pero cerrará

todos lo demás,

como órbitas opuestas

que impiden el choque de los

ASTROS

Galaxias en expansión

que se alejan.

Líneas paralelas

eternamente desconocidas

La vida nos regala aquellas

Sensaciones

que elegimos

pero nos HURTA

sin remedo aquello que dejamos

de lado}

¿Qué pasión se perdió

por un giro

distraído

de nuestra vista?

¿qué fragancia

dejamos de oler

mientras contemplábamos

minucias?

¿Qué vida pasó

de largo

a nuestra espalda

REFLEJO ETÉREO

al mirar un

escaparate?

Pared

que construyes con retazos

de descartes no queridos

aíslan tu mundo,

tu interior

Burbuja

en un mar

de burbujas

Chocan y Rebotan

siempre se repelen

NO LO DUDES

Tus elecciones

en cada momento

conforman tu

Universo

y se tragan como un

Agujero Negro

ANTIMATERIA

los despojos de tu

corazón.

Ahora ya lo sabes

estás aquí,

donde vayas

habrá un Opuesto

más no debe importarte

siempre tendrás la DUDA

más no mires atrás

pues ello paralizará

tu energía.

Coraza

Armazón

a prueba de balas

¡¡camina!!

¡¡camina!!

¡¡camina!!

Tu ánimo,

Príncipe de Hielo

Inmune al DESALIENTO

No permitas flaquezas

No cedas ante la

Incertidumbre

Elige YA

tu futuro,

sin dilación,

En el jardín de los senderos que se

Bifurcan

 

La Ciudad Vacía. Poemas (III)

El Puente

 

Surto

ante ti

Lo tienes enfrente

¿y ahora qué?

¿serás capaz de atravesarlo?

Llevabas tiempo sin dormir

Pensando

en este momento

Crucial

amagabas pero…

no te atrevías a llegar hasta

aquí]

son sólo varios pasos pero pesan,

pesan toda una vida,

como un petate a la espalda

lleno de piedras

tus complejos, tus miedos

quizá no te dejen avanzar hacia

Tu Sueño.

Quisieras medir tus fuerzas

antes de proseguir

porque sabes que lo que verás

va a cambiar tu

Destino.

¿Acaso no lo deseaste con denuedo?;

¿acaso no mirabas la otra orilla ya de chico?

¿cuántas veces te paraste en la linde

para contemplar,

incrédulo,

mientras pensabas que hasta

el aire

era más puro, más limpio

TODO, sería mejor?

Los pájaros

Lo cruzan a diario

y vuelven tal como partieron

Las hojas se mecen

arrastradas

de un lado al otro;

sí, a veces retornan

Ocres

y  sin duda, antes fueron

Verdes,

Pero reconocerás que todo es recíproco,

¿o no?

Desde enfrente

¡aspavientos!

Te llaman para que te unas a

ELLOS.

Dudas, no te decides,

Sabes que quizá no te vuelvas a dar

Otra Oportunidad.

Y miras atrás

te aferras al miedo que sube

por tu estómago,

sientes que no vas a poder

Resistirte,

tu petate pesa, como una

Losa.

Pero ya está todo decidido,

no puedes evitarlo

¡Al fin te encaminas!

Tus pies arrancan, primero pesados

Sientes

la Brisa

en la cara, suave caricia,

ahora los pasos

se vuelven ligeros

y caminas deprisa,

AVANZAS]

Ya en el otro lado,

Vuelves la vista por última vez

y ves que la bruma ahoga tu barrio,

el polvo compite con la

Aridez

por ser el más fuerte;

la lágrima resiste a caer

por no ser la más débil;

¿Y tú?,

tu sólo ya miras de frente

mientras pasas al lado

del frío metal que sujeta la estructura del

Puente.

 

La Ciudad Vacía. Poemas (II)

Cerca está la Felicidad

Escombros,

polvo, calles sin asfaltar,

alcantarillas exudan al ras

ríos de heces

donde germinan malas

hierbas]

y cables desnudos fríen las patas

de inocentes pájaros.

Tuviste un sueño

acabaron tus penurias

cruzaste el Rubicón

extasiado

NO MIRABAS ATRÁS

porque querías salir

de aquí.

Pero los sueños se equivocan;

Cierto, erraste por poco

Todavía

Aún

lo tienes al alcance de la mano,

lo ves todos los días,

SÍ ¡ahí! ¡ahí!

Y lo deseas todos los días

SÍ ¡allí! ¡allí!

Sin embargo no puedes entender

el porqué

no lo alcanzas, se te escapa

¿es otro mundo?

Quizá no es real,

quizá sólo sea un espejismo

pintado

sobre el hermoso cielo.

La Felicidad,

la felicidad,

que te sacará de este oscuro

agujero

se encuentra a trescientos metros

sólo te separa

físicamente

el muro de coches, la carretera;

sólo te separa

en tu corazón

creer, CREER que puedes,

aceptar que perteneces

por derecho

a aquellos que son felices

que se consideran felices,

sí, felicidad

¡Felicidad!

¡Está tan cerca!

La Ciudad Vacía. Poemas. (I)

No creo que este poemario sea la excepción que confirma la regla. A mi entender las fotos que conformaron esta exposición reflejaban la belleza, incluso aquella belleza que pueden llegar a tener las cosas que a priori nos parece imposible que pudieran llegar a tenerla; los arrabales de una ciudad, las infraviviendas, los servicios malos o inexistentes, pueden genrar estampas dotadas de sutil belleza.

No fue mi intención al crear “City Emptiness”,  justificar o denunciar nada, sólo dejar a los espectadores con la opción de contemplar algo que podía ser bello, algo sobre lo que pasamos delante todos los días sin fijarnos,  a pocos metros de la M-30 en este caso, podría ser cualquier otra ciudad, agobiados por las prisas, el trabjo, los colegios, una cita….. Lo cierto es que cuando contemplé el resultado final, ví que se podía contar una historia, no sólo visual, sino literaria, en este caso poética, y decidí que algún día ésta vería la luz.

La historia la forman cinco fotografías de la exposicicón y cuenta el viaje de un ser anónimo en busca de un posible mundo mejor, en las antípodas de su vida cotidiana, pero a dos pasos de distancia de ella. El poemario lo publicaré en cinco diferentes entradas.

Es la primera vez que publico un texto escrito, aunque tengo varios, sobre todo relatos, y algunas historias sin terminar que podrían ser más largas, por lo que ignoro totalmente su posible calidad, y pido de antemano una crítica constructiva, y cierta conmiseración por mi posible torpeza.

 

La Ciudad Vacía

Gélida noche, vuelta a casa,

tras la ventana

del último tren,

contempla aturdido,

embotado,

el paso silencioso

de la ciudad dormida, desierta,

de la que cree oír la rítmica respiración

de su profundo sueño,

y piensa

en la relación de su ser

con el gigante de piedra

que durante el día le atrapa,

como a miles de otros seres,

en la vorágine,

actividad frenética,

reglada,

y a la vez caótica,

despojada de toda humanidad,

cruel y misérrima,

y los sentimientos

y los anhelos

de sus moradores chocan,

se cruzan, se rechazan, se juntan,

pero que al anochecer,

enfundada en raso negro,

nos permite vislumbrar nuestro propio yo,

como naufrago solitario

en un océano calmo e inabarcable,

iluminado por la luna llena,

y así poder zambullirnos

sentido último de nuestra existencia.

Así, mientras

ya camina

por el apeadero de la estación,

con las manos en los bolsillos,

cual fantasma errante

en busca de consuelo

no correspondido,

y la cara ajada por el punzante

Frío,

las preguntas fluyen

confusas

por delante de su mente aterida,

como maderos flotando,

Río

sin guía de expertos gancheros,

y las respuestas

se agolpan,

inconexas, desordenadas,

siempre acusadoras;

¡no hiciste!, ¡no quisiste!, ¡no debiste!, ¡no pudiste!,

por lo que él,

agobiado,

apremia el paso,

bajo la tenue luz

de las farolas,

y se pierde

en el negro manto de la ciudad

vacía.