Poema sobre Angkor

 

Arrecia el monzón en agosto

y anega la morada de Visnú

abraza el musgo a la piedra

y mientras, Buda contempla

el paso inexorable de los tiempos

¡el verdor!, ¡el verdor!

estate alerta alma mía

aguza los sentidos

 y el manto naranja de los monjes

se vislumbra en los caminos

dioses, hombres y templos

¡Angkor!

¡Angkor!

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